samedi 12 mai 2007

Si tienes un amigo/a, ayúdalo/a, pero no esperes a cambio encontrar tu sortija de la suerte

Es así, no estamos más solos o más tristes, estamos simplemente más desconfiados. A veces tengo la impresión de que he vuelto a mis años infantiles cuando mi padre o mi madre o mis abuelos me llevaban a la plaza y me montaban en la calesita. La finalidad de la calesita no es dar un paseo en caballito de madera o autito multicolor, la finalidad última es alcanzar la sortija. Ser el posedor o posedora de la sortija implicaba haber estirado el brazo más que el resto de los chicos pero también haber demostrado astucia y sentido de la oportunidad. A lo que podemos agregar una buena utilización de nuestras armas de seducción para convencer al pobre viejo de la sortija de que nosotros merecíamos el preciado pedacito de metal.
Bueno, en nuestro tiempo contemporáneo todos intentamos alcanzar una sortija esquiva y ladina. Por ello, los amigos se alejan de a poco y se juntan a veces para intentar revivir esos tiempos en los que hablábamos un poco más sinceramente entre nosotros. Desconfíamos los unos de los otros porque pensamos, casi estamos seguros, que el otro o la otra se han quedado con nuestra sortija, la que estaba destinada a acariciar nuestra mano ya curtida, por no decir reventada, por los años de incertidumbre. Es ese sabor amargo al que nos hemos acostumbrado poco a poco y que nos recuerda que en un tiempo pasado podíamos hablar con menos recelo.
No creo que todo tiempo pasado sea mejor ni tampoco peor pero es que hace tiempo que he perdido mi sortija -metáfora inquieta de la brújula- y que no puedo encontrarla a pesar de haber espiado bajo la alfombra de mi mejor amiga, incursionado en las ropas íntimas de mi amigo y de haber roto unos cuantos jarrones ajenos para ver, si entre los pedazos, aparecía reluciente mi sortija de la suerte.
Pero no, la muy ingrata se ha "tomado el buque" y me ha dejado con las patas en el barro.
Sortija, sortijita, si lees este blog, trata de hacerte menos la fruncida y aparece de una buena vez.

Aucun commentaire: